17 de mayo de 2011

No. Ya no seré la tonta que te espera, la que se ilusiona con tus sonrisas y la que cuenta las horas para verte. Vas a dejar de ser mi mundo. Vas a dejar de ser mi primer y último pensamiento del día. Porque tú no vas a pensar en mí antes de irte a dormir, porque ya no tiene sentido seguir esperándo algo que no va a ocurrir, porque nunca vamos a volver a ser nada más. No, para nada, no quiere decir que te vaya a olvidar. Es imposible, no me siento capaz. Y es que no sé como olvidarte, cómo mirarte sin que me tiemblen las piernas, cómo hacer que mi mundo deje de girar entorno a ti, cómo verte como un amigo más si lo que siento por ti es tan grande que me quedaría sin voz si intentara gritarlo. No tengo ni idea de cómo hacerlo. Pero tengo que intentarlo. Así que espero que hayas escuchado atento lo que te acabo de decir, porque estas van a ser las últimas palabras que te dedique. Voy a pintar mi cuento de colores, aunque sea sin ti. Porque esto es así, se trata de seguir; contigo, o sin ti.

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